
Al filo de la oscuridad está basada en una serie de televisión británica de los ochenta y entra en la larga lista de películas inspiradas en televisión que no han logrado nada. Tal vez la historia estuviera mejor desarrollada en el gran espacio que otorga la T.V., no sé, nunca vi la serie pero está película apenas y desarrolla sus personajes. Sus motivos nunca quedan claro y no sabemos si la película trata de una venganza o de descubrir la verdad.
Mel Gibson interpreta a Thomas Craven, un policía de Boston quien se reúne con su hija durante un período vacacional. De inmediato es obvio que los dos están separados emocionalmente por lo demandante de sus trabajos. Emma Craven (Bojana Novakovic) guarda un secreto y es asesinada frente a su padre. La policía cree que se trató de un atentado pero el intrépido policía investigará sin importar las consecuencias llegando a descubrir un intrincado complot en el que interviene una malévola compañía, asesinos a sueldo y el gobierno.
La historia ha sido repetida hasta el cansancio. En muchas ocasiones funciona para entretener un rato pero en Al filo de la oscuridad, se siente gastada. ¿Es tán difícil no echar a perder la fórmula? Sólo se necesitan un par de explosiones y muchas balas. Parece que querían basarse más en el thriller político creyendo que así nos daban algo diferente. Al final no obtenemos una conclusión verdadera sino una terminación shakesperiana. ¿Por qué siempre el protagonista de este tipo de películas tiene que ser un policía o ex-agente de la CIA? Nada menos se podría esperar de su director Martin Campbell que en el pasado nos ha traido filmes de semejante calidad como La Mascara del Zorro (Mask of Zorro), Límite Vertical (Vertical Limit) o Casino Royal (Casino Royale).
El único mérito que podríamos atribuirle es que hay películas peores que ésta. Es mejor que no gasten su dinero. ¡Esperen a que la pasen en T.V.!
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