El libro de Victor Hugo “Los
Miserables”, publicado por el año 1862 ha sido objeto de
aproximadamente 7 adaptaciones para radio, cine y teatro. ¿Qué es
lo que sigue fascinando sobre esta historia conocida por la mayoría?
Con seguridad son los temas universales que toca así como el nivel
épico en el que está narrada. En ella encontramos intensas pasiones
como el odio, la venganza, la redención y sobre todo, amor. No puede
haber mayor atractivo que éste; con cada nueva adaptación se crea
un evento digno de apreciarse.
En 1980 se creó el musical homónimo
con música de Claude-Michel Schönberg y se convirtió de inmediato
en una de las adaptaciones más populares. A lo largo de su puesta en
escena, el músical ha logrado crear una fuerte base de seguidores,
incluso ha sido traducido en varios idiomas, en México se presentó
con gran éxito hace algunos años.
Con el nuevo surgimiento de los
musicales en el cine, era hora que “Los Miserables” llegara a las
pantallas de todo el mundo. El mayor reto sería realizar una
producción que cubriera las expectativas de un público exigente que
se ha acostumbrado a cierto nivel de calidad. El director Tom Hooper
fue el encargo de realizar el encargo. Hooper tiene una gran
credibilidad en el mundo cinematográfico, su última película “El
discurso del rey” fue aplaudida y ganadora de numerosos premios.
Ahora “Los Miserables” es su nuevo proyecto.
Con un elenco de alta calidad y una
producción fastuosa, “Los Miserables” es una celebración a la
obra de Victor Hugo. El musical es excelente, conmovedor, alegre, una
muestra que el género se encuentra en un nuevo apogeo. Eso sí, es
un musical al 100% así que si no gustan de las películas cantadas,
es mejor que se mantengan alejada de ella. De otra manera
presenciaran una bella historia que saca las lágrimas.
Jean Valjean, interpretado por Hugh
Jackman, es liberado de la prisión después de recibir una condena
de 20 años por robar un pedazo de pan. Recibiendo la compasión de
un sacerdote, decide enderezar su vida y dedicarse al bien, violando
para ello su libertad condicional. El inspector de policía Javert
(Russell Crowe) está obsesionado con encontrarlo. Finalmente se
encuentra con un Valjean totalmente redimido y no lo reconoce de
primera intención. Sin embargo al ser un inocente inculpado de ser
Valjean, éste decide entregarse a las autoridades. Jean Valjean,
habiendo prometido a una de las empleadas de su fábrica que cuidaría
de su hija, decide escapar una vez más. Recoge a Cossette, hija de
su empleada Fantine, y se refugia en París. Ahí vivirá en el
perpetuo temor de encontrarse con Javert quien lo sigue persiguiendo,
también su nuevo problema será criar a una adolescente Cossette en
medio de los tumultos de la rebelión antimonarquista de Junio de
1832.
El musical cuenta con casí todos
los actos de la obra haciendo de la película un largometraje de más
de 2 horas y media. Pero todo este tiempo es un deleite estético sin
igual. Hugh Jackman y Russell Crowe brillan en sus papeles. Jackman
como el redimido Jean Valjean le ha valido una nominación como mejor
actor en la pasada entrega de Oscares. El personaje de Valjean en el
libro es un hombre de edad y Jackman se ve mucho más joven pero lo
compensa con una intensa interpretación histriónica. Fue un acierto
de la producción no exagerar su maquillaje y dejar que la historia
se desenvolviera con la fuerza de su presencia. El personaje de
Javert es ideal para Crowe quien nos tiene acostumbrados a caracteres
fuertes y decididos. Con una sola mirada muestra el desprecio hacia
Jean Valjean, su valentía como soldado o su conflicto interno
final. El resto del elenco también lo conforman actores de gran
nivel como Anne Hathaway en el papel de Fantine. Su interpretación
del reconocido tema “I dreamed a dream” lo lleva a nuevos niveles
de patetismo. En esa escena es suficiente un close up de su rostro
durante toda la canción para conmover a la audiencia. Samantha
Barks como Eponine también merece una mención especial.
Se nota desde los primeros segundos
del film que la producción decidió hacer un derroche de efectos
especiales que encajan de manera hermosa en la historia. La Francia
de principios de 1800s luce impresionante desde las galeras de los reos
hasta la plaza con el elefante blanco de París. El vestuario es vistoso y la fotografía adecuada. Este podría ser el único bache ya que hace uso exagerado de close ups, en ocasiones la audiencia tiene ganas de ver el increíble escenario y no sólo el rostro del actor. Pero es un defecti mínimo, si defecto se le podría llamar y no el "estilo" del director.
Aunque no se sea fan
de los musicales, la película vale la pena por la estupenda
producción. Tom Hooper capta en algunas escenas el claro espíritu
del libro como en el número “One more day” antes de que comience
la rebelión de Junio. La expectativa creada por la música y el
montaje de las escenas es abrasante. El número de los Thernardiers
“Master of the House” es gracioso y ligero, finalmente la
secuencia de la barricada muestra toda la desesperación de los
jóvenes luchando por un ideal aparentemente perdido.
“Los Miserables” sólo es digno
de elogios y si lo suyo son las historias épicas, románticas,
trágicas llevadas a la pantalla con una perfección en el arte...
¡Véanla inmediatamente!