lunes, 25 de febrero de 2013

Los Miserables (Les Miserables) - Reseña - Películas

    El libro de Victor Hugo “Los Miserables”, publicado por el año 1862 ha sido objeto de aproximadamente 7 adaptaciones para radio, cine y teatro. ¿Qué es lo que sigue fascinando sobre esta historia conocida por la mayoría? Con seguridad son los temas universales que toca así como el nivel épico en el que está narrada. En ella encontramos intensas pasiones como el odio, la venganza, la redención y sobre todo, amor. No puede haber mayor atractivo que éste; con cada nueva adaptación se crea un evento digno de apreciarse.
En 1980 se creó el musical homónimo con música de Claude-Michel Schönberg y se convirtió de inmediato en una de las adaptaciones más populares. A lo largo de su puesta en escena, el músical ha logrado crear una fuerte base de seguidores, incluso ha sido traducido en varios idiomas, en México se presentó con gran éxito hace algunos años.
Con el nuevo surgimiento de los musicales en el cine, era hora que “Los Miserables” llegara a las pantallas de todo el mundo. El mayor reto sería realizar una producción que cubriera las expectativas de un público exigente que se ha acostumbrado a cierto nivel de calidad. El director Tom Hooper fue el encargo de realizar el encargo. Hooper tiene una gran credibilidad en el mundo cinematográfico, su última película “El discurso del rey” fue aplaudida y ganadora de numerosos premios. Ahora “Los Miserables” es su nuevo proyecto.
Con un elenco de alta calidad y una producción fastuosa, “Los Miserables” es una celebración a la obra de Victor Hugo. El musical es excelente, conmovedor, alegre, una muestra que el género se encuentra en un nuevo apogeo. Eso sí, es un musical al 100% así que si no gustan de las películas cantadas, es mejor que se mantengan alejada de ella. De otra manera presenciaran una bella historia que saca las lágrimas.
Jean Valjean, interpretado por Hugh Jackman, es liberado de la prisión después de recibir una condena de 20 años por robar un pedazo de pan. Recibiendo la compasión de un sacerdote, decide enderezar su vida y dedicarse al bien, violando para ello su libertad condicional. El inspector de policía Javert (Russell Crowe) está obsesionado con encontrarlo. Finalmente se encuentra con un Valjean totalmente redimido y no lo reconoce de primera intención. Sin embargo al ser un inocente inculpado de ser Valjean, éste decide entregarse a las autoridades. Jean Valjean, habiendo prometido a una de las empleadas de su fábrica que cuidaría de su hija, decide escapar una vez más. Recoge a Cossette, hija de su empleada Fantine, y se refugia en París. Ahí vivirá en el perpetuo temor de encontrarse con Javert quien lo sigue persiguiendo, también su nuevo problema será criar a una adolescente Cossette en medio de los tumultos de la rebelión antimonarquista de Junio de 1832.
El musical cuenta con casí todos los actos de la obra haciendo de la película un largometraje de más de 2 horas y media. Pero todo este tiempo es un deleite estético sin igual. Hugh Jackman y Russell Crowe brillan en sus papeles. Jackman como el redimido Jean Valjean le ha valido una nominación como mejor actor en la pasada entrega de Oscares. El personaje de Valjean en el libro es un hombre de edad y Jackman se ve mucho más joven pero lo compensa con una intensa interpretación histriónica. Fue un acierto de la producción no exagerar su maquillaje y dejar que la historia se desenvolviera con la fuerza de su presencia. El personaje de Javert es ideal para Crowe quien nos tiene acostumbrados a caracteres fuertes y decididos. Con una sola mirada muestra el desprecio hacia Jean Valjean, su valentía como soldado o su conflicto interno final. El resto del elenco también lo conforman actores de gran nivel como Anne Hathaway en el papel de Fantine. Su interpretación del reconocido tema “I dreamed a dream” lo lleva a nuevos niveles de patetismo. En esa escena es suficiente un close up de su rostro durante toda la canción para conmover a la audiencia. Samantha Barks como Eponine también merece una mención especial.
Se nota desde los primeros segundos del film que la producción decidió hacer un derroche de efectos especiales que encajan de manera hermosa en la historia. La Francia de principios de 1800s luce impresionante desde las galeras de los reos hasta la plaza con el elefante blanco de París. El vestuario es vistoso y la fotografía adecuada. Este podría ser el único bache ya que hace uso exagerado de close ups, en ocasiones la audiencia tiene ganas de ver el increíble escenario y no sólo el rostro del actor. Pero es un defecti mínimo, si defecto se le podría llamar y no el "estilo" del director.
Aunque no se sea fan de los musicales, la película vale la pena por la estupenda producción. Tom Hooper capta en algunas escenas el claro espíritu del libro como en el número “One more day” antes de que comience la rebelión de Junio. La expectativa creada por la música y el montaje de las escenas es abrasante. El número de los Thernardiers “Master of the House” es gracioso y ligero, finalmente la secuencia de la barricada muestra toda la desesperación de los jóvenes luchando por un ideal aparentemente perdido.
“Los Miserables” sólo es digno de elogios y si lo suyo son las historias épicas, románticas, trágicas llevadas a la pantalla con una perfección en el arte... ¡Véanla inmediatamente!

jueves, 7 de febrero de 2013

Hitchcock, el maestro del suspendo (Hitchcock) - Reseña - Películas

Alfred Hitchcock dejó decenas de películas de suspenso para la posteridad. Ha sido reconocido por el mundo como el “amo del suspenso”. “Psicosis”, “los Pájaros” y “la Ventana Indiscreta” son algunos de sus largometrajes que atraparon la atención de la audiencia en la década de los 50s y 60s; aún hoy estas películas siguen siendo objeto de culto estudiadas por los cineastas modernos. ¿Pero fue la vida de Alfred Hitchcock tan interesante como para llevarla al cine? El director debutante Sacha Gervasi así lo piensa.
Este es el primer film de Gervasi, “Hitchcock, el maestro del suspenso”. En lugar de ser una típica biopic, Gervasi nos cuenta como el afamado director creó una de sus obras maestras, “Psicosis”. Anthony Hopknis encarna a Alfred Hitchcock enfundado en un maquillaje exagerado que parece una parodia del mítico director. En la secuencia inicial nos muestra el primer homicidio del asesino serial Ed Gein, macabro personaje que sirvió de inspiración para Norman Bates, protagonista de Psicosis. Ed Gein aparece en toda la película como un interlocutor imaginario con el director, mostrando que la única persona con la que puede tener cierta conexión es un homicida. Hitchcock se encuentra estancado, la audiencia pide más películas que se parezcan a las que ya hizo sin dejarlo experimentar. Es entonces cuando encuentra el libro “Psicosis” y decide que será su nuevo proyecto. El resto del filme vemos los pormenores y trabas que pasó Hitchcock para llevar a la pantalla una historia en la que nadie creía por ser demasiado cruda. Homicidio, travestismo, incesto, no son los temas comunes para el público de 1960, de alguna manera el director logra entregar una película con los resultados ya conocidos. Mencioné que “de alguna manera logra entregar” porque Sacha Gervasi no se adentra en la psique del director, no nos muestra su proceso interno creativo, sólo algunas recreaciones de ciertos momentos de la película “Psicosis”. En este aspecto, el personaje de Hitchcock necesita más desarrollo.
Paralelo a la creación de “Psicosis”, la película nos muestra la relación entre Hitchcock y su esposa Alma Reville (Hellen Mirren). Tal vez este sea el personaje más interesante de la película. Alma se siente relegada por la fama de su esposo teniendo que vivir siempre a su sombra. Como se menciona en el film “vivir con un genio no es fácil”. Hellen Mirren nos da la actuación que vale la pena, sobresaliente en la escena donde pone a Hitchcock en su lugar quejándose de sus penas, desconocidas por su esposo.
“Hitchcock, el maestro del suspenso” cumple con su premisa, mostrar al director trabajando pero nada más. Para disfrutarla se tiene que saber quién fue Alfred Hitchcock, sus películas y sobre todo haber visto “Psicosis”, de otra manera el espectador quedará con muchas dudas acerca de lo que está pasando. Esto se debe a que Sacha Gervasi no decide cuál historia tomar, si la del director haciendo una película o la del Hichcock esposo en conflicto con su mujer. A las dos trata de darles el mismo tiempo pero sólo logra contarlas a medias.
Los primeros diez minutos tenemos que acostumbrarnos a la sobreactuación de Hopkins, a su acento y a la rara manera de mover la boca cuando habla. Gervasi incluye varias tomas en perfil para enseñarnos la icónica imagen de Hitchcock. El resto del elenco pasa desapercibido. Scarlett Johansson, Danny Huston y Toni Collete son casi de ornato. La música es ofrecida por Danny Elfman, con sus típicas marchas y su misterio, está fuera de lugar en una película biografía. Afortunadamente tenemos “Marcha fúnebre para una marioneta” de Gounod, tema con el que se ha asociado a Hitchcock por años.
Uno de los aspecto más importantes es ver todo lo que sufre un director para empezar un proyecto. La selección del material, el casting, selección del escritor, el financiamiento, la filmación, edición y distribución, todo el paquete está incluido.
Hay peliculas acerca del proceso creativo de un artista que están bien manejadas como “Buscando el País de Nuncajamás”, existen otras como “Hitchcock, el maestro del suspenso” que necesitan de más refinamiento, definirse por un tema central. Sin embargo la película es agradable y el hecho de ver el maquillaje de Hopkins durante 98 minutos es divertido. No esperen algo especial, mejor esperan a verla en video.

martes, 20 de noviembre de 2012

Argo - Reseña - Películas

    En el año 1997, un joven Ben Affleck escribió una película que causó sensación entre críticos y audiencia, Mente Indomable (Good Will Hunting). Desde entonces se pensó en el actor como parte de una nueva generación de artistas de cine que llegaban a revolucionar la industria con ideas frescas y novedosas. Sin embargo Affleck no logró repetir su éxito, la fórmula de la genialidad fílmica se le había escapado. Eventualmente formó parte de la gran gama de actores taquilleros sin mucho que ofrecer, recordemos películas como Pearl Harbor, Daredevil o Armageddon. Dentro de este marco, se especuló mucho acerca de su nuevo proyecto, “Argo”. Los medios de comunicación estaban emocionados, una nueva película dirigida, producida y protagonizada por Ben Affleck. Fue aún más importante el tema del film; Affleck se alejaba de la acción y el romance para crear una trama de tensión geopolítica, definitivamente éste no es el actor “carita” al que estamos acostumbrados. ¿Pero podría el maduro Affleck lograr lo que hizo de joven?
    “Argo”, basada en hechos reales, nos situa en el año 1979 justo en medio de la crisis en Iran. El Ayatola Jomeini ha tomado control del país y su antiguo gobernante, el sha Mohammad Reza Pahlavi ha huido de las represalia de su pueblo. Una turba de estudiantes decide tomar la embajada de Estados Unidos para presionar al gobierno norteamericano de entregar al sha, quien se encuentra en un hospital de ese país. Este es el inicio de la famosa crisis de rehenes, casi 50 empleados de la embajada son tomados por los estudiantes. Pero seis logran escapar y refugiarse en la casa del embajador de Canadá. En los cuarteles de la CIA, un grupo de agentes tiene la misión de sacar a los seis refugiados de la embajada canadiense. Tony Mendez (Ben Affleck) idea un plan en el cual él se haría pasar como un productor de cine en Irán y luego saldría del país con los seis diplomáticos como si fueran parte de su equipo de filmación.
    La premisa es interesante y Affleck logra ejecutarla eficazmente. El film atrapa desde el inicio cuando se presentan los antecedentes de la situación política en Iran, luego tenemos la toma de la embajada en un aumento de suspenso que hace sentir al espectador como si él también fuera a ser secuestrado. Es un acierto del director no mostrar la entrada de los estudiantes iraníes con un exceso de violencia o una gran afrenta al patriotismo estadounidense. De hecho toda la película sigue este tono, a pesar de que la audiencia simpatizará con los rehenes, tampoco se sataniza a los persas. Incluso se muestran imágenes del pueblo estadounidense reaccionando de manera igual de violenta que en Irán. Ben Affleck manda el mensaje de que la guerra no tiene sentido para ninguno de los bandos. Al final de la película, en un mensaje de Jimmy Carter, afirma que él logró resolver la situación iraní sin violencia, como lanzando un desafío a la actual administración norteamericana.
    Algo inusual es que el film va cambiando de género. Después del suspenso de la toma de la embajada y la CIA tratando de idear un plan para ayudar a su gente, pasamos a la comedia. El agente Tony Mendez tiene que armar el proyecto de una película que podría ser filmada en Irán, para eso recibe la ayuda de un verdadero productor de Hollywood y de un jefe de maquillaje. Aquí la película agarra un tono parecido a “La gran estafa” (Ocean's Eleven) mientras arman el proyecto y le mienten a la prensa. Los seguidores de la serie de Star Wars tendrán agradables sorpresas y referencia en esta sección. Después pasamos al último acto de la película donde de nuevo volvemos al suspenso que hace agarrarse fuerte del asiento.
   Alan Arkin y John Goodman interpretan a los productores hollywoodenses, sus papeles son lo suficientemente graciosos para romper con la tensión de un tema tan pesado. Es una lástima que en el tercer acto de la película aparezcan tan poco, después de todo el filme no es sobre ellos. Quien tiene un papel muy bueno es Bryan Cranston, reconocido en el mundo de la televisión por su participación en la serie “Malcom, el de en medio” (Malcom in the middle), pero esta vez no lo veremos haciendo bromas sino como el supervisor de la operación de Tony Mendez. Desarrolla muy bien su personaje y en poco tiempo nos inmiscuye en la historia.
   “Argo” es un acierto en la carrera de Ben Affleck, brilla más su dirección que su actuación pero siendo responsable del proyecto debemos darle crédito. Toma bastantes licencias creativas sobre la historia real, tal vez la mayor sea disminuir el papel de Canadá en la operación. La película no se siente como una propaganda norteamericana en contra del régimen actual iraní, trata de ser imparcial lo más que puede, aunque hay momentos en que no lo logra como mostrar a algunos soldados iranies como tontos. Esperemos que la carrera de Affleck continue este sendero sin volverse a desviar a películas de gran presupuesto y mala narrativa. ¡Véanla inmediatamente!
 

jueves, 8 de noviembre de 2012

007: Skyfall (Skyfall) Reseña - Películas

    ¿Qué puede decir uno de las películas de James Bond? ¿Hay explosiones? Sí, muchas. ¿Hay balazos? Al por mayor. ¿Tenemos emocionantes persecuciones? Varias, de eso están hechas estas películas. ¿Veremos peleas mano a mano? Creo cada veinte minutos. Muchos de estos filmes se parecen sin embargo no por ello dejan de ser un espectáculo digno de verse en pantalla grande.
    Daniel Craig regresa personificando al emblemático espía británico en Skyfall. En esta ocasión un misterioso villano está dispuesto a desaparecer el MI6, la base de espionaje de Inglaterra. Su plan es humillar a la agencia inglesa robando las identidades de los agentes infiltrados en la red de terrorismo internacional y mostrarlos en un video en Youtube. No todo es acabar con la agencia, el antagonista, interpretado por Javier Bardem, es un ex-espía del MI6 que tiene una vendetta personal con su directora M (Judi Dench). A pesar de los consejos en contra, M decide usar a James Bond para resolver el caso, a quien los años comienzan a hacer estragos. La persecución de Raoul Silva, el personaje de Bardem, llevará a 007 a lugares exóticos como Turquía, Shangai, Macao o los desolados páramos de Escocia. James Bond se enfrentará a un villano que está a su mismo nivel y las consecuencias tal vez sean inesperadas.
    Este es el film número 23 de la saga a 50 años del primero. El encargado del proyecto fue el reconocido director Sam Mendes a quien recordamos por películas como “Belleza Americana”, “Camino a Perdición”, “Jarhead” o “Revolutionary Road”. Mendes ha demostrado ser un director multifacético que sabe crear tensión en cualquier género que maneje. Su trabajo en Skyfall deja completamente satisfecho. No sólo logró combinar la acción de la saga sino que es una de los pocos filmes de 007 que trata sobre los problemas personales de James Bond así como su pasado. Por fin podemos ver el lugar donde se crió el espía así como algunos conocidos de su juventud.
    El tema subyacente de la historia es el reemplazo de lo viejo por lo nuevo, y aquel que no se adapta al cambio debe desecharse. Tenemos al agente 007 algo viejo y acabado; M a punto de ser reemplazada en el MI6 por un director más joven (Ralph Fiennes); la misma desaparición del MI6 considerada como una institución obsoleta de la época dorada de espías; un nuevo Q, encargado de la tecnología, que no cuenta con más de 28 años y no confía en los viejos trucos como plumas explosivas y finalmente el clásico carro de James Bond equipado con metralletas que finalmente es destruido. Estos elementos hacen de la película no sólo un típico filme de acción sino un tratado ligero sobre la adaptación a los tiempos modernos. Aún así no se crea que el filme es serio, está lleno de trepidante acción que mantendrá al espectador al borde de la asiento.
    Todos los actores están en su papel. Daniel Craig y Judi Dench lo tienen perfectamente estudiado. Después de tres películas juntos uno creería que todo está dicho y aún así logran dar agradables sorpresas. La relación entre Bond y M es explorada con éxito durante la película mostrando que M no es de corazón tan frío como parece ser. Javier Bardem entrega un villano degenerado reflejado en sus maneras estrafalarias y su cara deforme que funciona en el filme, aunque le faltó crear esa magia de antagonista inolvidable que ha tenido la serie como Goldfinger, el Dr. No, Mandíbulas o Le Chiffre. Los motivos de su venganza son casi pueriles, parece como un niño enojado porque lo regañó su mamá. Ya para el último acto de la película, su personaje está más consolidado y creíble. Unas adiciones interesantes en la actuación son Ralph Fiennes como el nuevo director del MI6, nada especial ahí; Ben Wishaw como Q, el joven desaliñado geek que asegura poder hacer más daño con su laptop en pijama que James Bond en un año, a Wishaw lo vimos en “El Perfume”; una agradable sorpresa fue Albert Finney como Kincaid, su papel es tan bueno que con sólo unos minutos en la pantalla uno se interesa por la integridad física de su personaje. Tal vez la única queja sea la falta de una “chica bond”.
    El diseño de producción llega a impresionar en algunas partes. No se podía esperar menos con un presupuesto de 150 millones de dólares. En Turquía vemos una verdadera persecución en motocicleta por los callejones de Estambul, luego somos transportados por impresionantes tomas a Londres, Shangai, a un casino de ensueño en Macao y de vuelta a Gran Bretaña. Las tomas de los páramos en Escocia al anochecer fueron de mis favoritas.
    Con el final de la película y el tema de adaptación, me pregunto que le depará el destino al agente 007. ¿Significa una renovación de la saga? ¿Será la última con Daniel Craig? Si sigue la dirección que se le ha dado en las tres últimas películas, la serie de 007 tiene para emocionarnos por los próximos 50 años. ¡Véanla inmediatamente!

jueves, 11 de octubre de 2012

Búsqueda implacable 2 (Taken 2) - Reseña - Películas

   El problema de las secuelas es la expectativa que generan. Muy pocas pueden igualarse a la original sin caer en una sosa repetición de la fórmula que funcionó en un principio. Entre las elegidas podria mencionar “El Padrino parte 2” y sólo tal vez “Aliens”. Al enterarme que habría una segunda parte de “Búsqueda implacable” me quedé frío. Esta película es una de las mejores piezas de acción de la década. No podría pedirse más de un director como Luc Besson quien sabe manejar la acción como sólo un europeo puede concebirla. El trailer de “Busqueda implacable 2” no mostraba que la nueva entrega pudiera superar o igualarse a la original, lamentablemente ésta fue la realidad del film.
    Liam Nesson repite su papel como Bryan Mills, ex-agente del gobierno retirado y convertido en guardaespaldas de alto nivel. La trama sucede unos cuantos años después de la película pasada. La familia del agente Mills trata de retomar su vida superando el secuestro de su hija en París. Al parecer el futuro artístico de Kim (Maggie Grace) no logró despegar después de unas clases de canto, ahora se dedica a reprobar su examen de conducir y tener encuentros románticos clandestinos con su novio. Después de un trabajo en Estambul, la familia Milss se reúne en esa exótica ciudad para unas vacaciones e intentar reorganizar su familia. Sin embargo desconocen que el grupo de criminales de Tropojë, Albania, lidereados por el padre de Marko quien en la primera parte murió conectado a una silla eléctrica improvisada, ha organizado al resto de la banda para encontrar a Mills y raptarlo a él junto con toda su familia. Así empieza esta búsqueda implacable, primero para liberarse de sus secuestradores y luego para ayudar a su esposa y su hija.
    Después de ver la primera parte, el principio de “Búsqueda implacable 2” se siente lento y desesperante. Uno espera que comienze la lluvia de plomo de inmediato pero antes tenemos que soportar más de veinte minutos de conciliación familiar. Cuando la acción finalmente empieza, el telón de fondo, en este caso la ciudad de Estambul, no convence del todo. Sus calles son demasido estrechas y atestadas para una persecución automovilística convincente. Seguramente los carros iban a 50kmh, no podrían haber ido a más. Incluso los lugares donde se desarrolla la acción están a distancia de pie como comprueba Kim quien en pocos minutos llega al lugar donde tienen como rehenes a sus padres. Es un poco absurdo que la joven tenga miedo de conducir pero no le importe ir aventando granadas por los tejados de la ciudad.
La motivación de Murad Hoxha, padre de Marko de Tropojë, es un tanto absurda. Se encuentra enojado porque el agente Milss mató a su hijo sin importarle que su hijo secuestraba jovencitas para prostituirlas. Se parece a aquella secuencia en Austin Powers donde después de matar a un secuaz pasan a su familia en un suburbio de clase media lamentándose de su muerte.
    “Búsqueda implacable 2” no es mala, simplemente tuvo la poca fortuna de ser secuela de una de las películas de acción más emocionantes de los últimos tiempos. No logra elevar el suspense a los talones de su predecesora. Ni siquiera se siente como una secuela, es más bien como un epílogo de la historia pasada. Pero tiene su buena dosis de golpes, balas, explosiones y tácticas de combate de la CIA. Se nota que al escribir el guión, Luc Besson sólo tenía en mente explotar una historia que le había redituado en demasía. Como director y escritor aclamado que es, debería de abstenerse del dinero fácil dedicándose a concebir las historias originales que tanto nos han gustado. “Búsqueda implacable 2” funciona como un film para pasar el rato pero si vieron la primera parte y les gustó, mejor esperen a ver esta entrega en video

martes, 2 de octubre de 2012

Woody Allen: Arte y Entretenimiento

    En una de las regulares tertulias sabatinas con mis amigos, donde principalmente se discute sobre la vida, política y en gran medida cine y tv, uno de los presentes lanzó la siguiente pregunta: ¿Por qué son tan famosas las películas de Woody Allen? No entendía por qué tanto alboroto por un director añoso que se ha dado a conocer a las nuevas generaciones por sus filmes Vicky Cristina Barcelona y Medianoche en París, siendo éstas catalogadas como “solo buenas”. De inmediato recordamos aquella ocasión hace unos años cuando invité al grupo a ver Annie Hall, película emblemática de Allen, con resultados inesperados. La mayor parte de la audiencia se durmió y la otra aguantó en silencio hasta el final sólo por consideración a mi persona.

    La pregunta continúa, ¿por qué se considera a Woody Allen como un gran director? Sin lugar a duda lo es por su originalidad y desenfado al concebir sus filmes. Logró unir lo que pocos pueden, el arte y el entretenimiento. Las películas como un medio de expresión de los sentimientos humanos. Después de conocerlo y apreciar un poco de su producción, es casi imposible no ver su sello en toda su obra. Así como Chaplin se dio a conocer por su personaje del vagabundo, Woody Allen es conocido por su personaje fóbico nervioso, encarnación de las neurosis del hombre metropolitano del siglo XX.
   No teme desnudar su alma en el celuloide, enseñar al mundo los complejos que la sociedad ha creado en su persona. Sus deseos y perversiones quedan plasmados con claridad. Recordemos el caso de su película Manhattan en el que su personaje sale e incluso tiene relaciones con una jovencita menor de edad, caso que varios años después replicó en la vida real al casarse con Soon-Yi, la hija adoptiva de su esposa Mia Farrow. En Los enredos de Harry, el personaje joven calenturiento interpretado por Tobey Maguire decide contratar a una dominatrix asiática, otra referencia a la vida personal de Allen. Sus guiones no están concebidos para satisfacer a un público masivo ansioso de comedia clásica sino como un deshago personal, característica de todo artista.

    Sin embargo lo importante es la dupla arte-entretenimiento. Sin lo segundo sus películas probablemente serían conocidas pero sólo por un selecto grupo como es el caso de diversos directores “de arte”, Ingmar Bergman, Federico Fellini, Akira Kurosawa, por mencionar algunos. Woody Allen estaba determinado a hacer buenas películas, trascendentes, pero que fueran vistas. Por eso sus tramas y la edición es digerible, sin pretensiones. Su tema favorito son las relaciones humanas, el amor cambiante y traicionero. No puede haber tema más comercial que éste. Pero visto desde su perspectiva es único, apasionado, triste y nostálgico a la vez. Sus guiones llevan la historia de manera inteligente y veraz. En toda la verborrea de su personaje, hay referencias culturales sin fin. Se habla de literatura, teatro, música pero de manera rápida y sutil, más vale saber de qué está hablando de lo contrario se pierde gran parte del encanto de su guión.

   El señor Allen también muestra todo su genio en el uso de la cámara. En el aspecto estético Manhattan es su obra que sobresale. Gran parte de su trabajo se situa en esta isla retratando a la clase intelectual pero es en Manhattan donde une actuación y fotografía. Filmada en blanco y negro, la primera secuencia que muestra escenas de la ciudad con la música de Geoge Gershwin es un clásico así como la silueta de él y Diane Keaton sentados en una banca frente al puente de Brooklin. El amor de Allen por Nueva York es patente y lo usó hasta el final. Ahora Europa es su punto de acción y trata de ensalzar ciudades como Londres, Barcelona y París.

    La carrera como director de Woody Allen empieza en la comedia de pastelazo, allá por los años 60s. En ese entonces todo era entretenimiento, su toque aún estaba en etapa larvaria. Películas como El dormilón o Bananas muestran su anhelo de originalidad sin estar totalmente logrado. Fue hasta 1977 con Annie Hall que aprendió a sacar la paja de sus películas y quedarse con la esencia. Originalmente el guión trataba de una pareja que tenía problemas en su relación y que intentaba resolver un crimen. Finalmente deshechó la parte del crimen y la trama se centró en el origen y final de una relación amorosa. La película le valió el premio de la Academia y lo confirmó como un director destacado. Finales de los 70s y los 80s fue su época dorada con películas como Manhattan, Hanna y sus hermanas, Crímenes y pecados, Zelig o La Rosa púrpura del Cairo. Después vino el desenamoramiento del público con su trabajo, justo como sucede en sus películas. Es hasta la presente década que comienza a nombrarse al nuevo director con premios y nominaciones al Oscar.

    Dentro de la gama de opciones para ver en el cine, Woody Allen destaca por no dejarse llevar por lo comercial y el vacío de las producciones hollywoodenses. Lo que es en sí un verdadero logro. En sus películas no encontraremos efectos especiales, extraterrestres belicosos o zombies hambrientos sino una disección perfecta y real de las relaciones entre seres humanos. Si bien sus nuevas producciones han perdido un poco ante las ridículas demandas del nuevo público cinéfilo, Woody Allen se mantendrá en el Olimpo de los directores que desearon ver a su medio convertiro en el verdadero séptimo arte.

martes, 15 de febrero de 2011

El cisne negro (Black Swan) - Reseña - Películas


"El cisne negro" es a primera vista una película sobre ballet. Más de uno habrá declinado entrar a la sala a verla por este hecho. El ballet no es para todos, como nos dice un personaje de la cinta, pero esta película sí lo es, especialmente para aquellos que gustan del buen cine. Y la mayoría sale satisfecho porque "El cisne negro" es más que una historia de danza, es un relato sobre la parte oscura latente en cada uno de nosotros, sobre el doble que mantenemos encerrado en lo más profundo de nuestro ser. ¿Acaso no tenemos esa parte que quisieramos sacer de vez en cuando? Aquí tenemos una oportunidad para ver cuales sería sus posibles consecuencias.
Darren Aronofsky no es ajeno a películas intensamente psicológicas, el director ya nos ha entregado "Requiem por un sueño" y "El luchador" entre otras, películas que retratan al ser humano en sus puntos más bajos. Ahora decide explorar la dualidad y el despertar al mundo real, aquel que no admite tintes rosas y cuartos llenos de peluches con forma de osos y unicornios.
El mundo del ballet es duro, sólo admite jóvenes hermosas y flexibles. El tiempo de Beth MacIntyre (Winona Ryder) ha llegado a su fin. Es hora de encontrar una nueva bailarina que pueda sustituirla en la nueva producción del Lago de los cisnes del ballet de Nueva York. El director Thomas Leroy (Vincent Cassel) se ha fijado en Nina Sayers (Natalie Portman), una joven y talentosa bailarina, el problema es que Nina es demasiado inocente y perfecta. Thomas le hace ver que ella sería perfecta para el papel protagónico del cisne blanco pero no podría realizar el papel del cisne negro, requisito indispensable en la obra. Sin embargo Nina obtiene el puesto y será tarea del director sacar el cisne negro en ella. Todo parecería cuestión de práctica pero pronto conocemos la vida personal de Nina, marcada por su madre dominante(Barbara Hershey) quien toda su vida la ha encerrado en una burbuja librándola de los problemas de la vida. Nina tiene que romper esa barrera, debe tener experiencias en el mundo real para desempeñar el papel del cisne negro, debe juntarse con amistades de mala reputación como su compañera Lily (Mila Kunis) y sacar su lado oscuro con inquietantes consecuencias.
La principal intención de Darren Aronofsky fue crear un thriller situado en una compañía de danza. El espectador siente de inmediato una empatía con Nina, la cual se va diluyendo a lo largo del filme. Casi desde el principio nos damos cuenta que algo anda mal y que el "cisne negro" debería haber permanecido oculto. Poco a poco se comienza a destruir la zona de seguridad de Nina, comienza a vivir aunque ello conlleve destruir su visión de la realidad y su cordura. Nosotros somos algo cómplices, queremos verla descender en lo irreal para ver finalmente su temible transformación.
La película tiene pocos personajes, aunque eso no importa cuando se tiene un excelente elenco. Sin lugar a dudas, Natalie Portman se lleva los elogios (y varios premios internacionales, tal vez un Oscar). Aronofsky logra sacarle una actuación de primer nivel mostrando que no sólo es una actriz bella que sabe sonreir dulcemente con su risa de niña. Natalie Portman se consolida como la mejor actriz de su generación. Sólo basta apreciar la escena del baño donde le avisa a su madre de su selección como el cisne. El resto de los actores son también excelentes. Tal vez la interpretación más débil es por parte de Mila Kunis, aunque lo más bajo de este filme es lo mejor de la mayoría.
La cinematografía corrió a cargo de Matthew Libatique y juega un papel importante en varias escenas. Es destacable las partes de baile en la que su cámara es un integrante más de la compañía llevándonos entre los bailarines con movimientos violentos que nada tienen que ver con lo "rosa" asociado al ballet. La escena en el club es también importante y recrea a la perfección el bailar en un estado alto de intoxicación alucinógena.
"El cisne negro" nos demuestra que el cine independiente sigue siendo lo mejor que ofrece E.U. Directores comprometidos como Aronofsky renuevan el interés en el cine norteamericano al negarse a comprometer su visión. Se necesitan directores como él para enseñarnos que no todo es color de rosa y feliz, la vida real tiene su espacio, muy respetado, en el cine y que las películas aún pueden ser una obra de arte. ¡Véanla inmediatamente!